"Primum adversus Cantabros sub moenibus Vellicae proeliatus est. Hinc fuga in eminentissimum Vinnium montem, quem maria prius Oceani quam arma romana ascensura esse crediderant. Tertio Aracillum oppidum magna vi repugnat. Captum tamen postremo fuit."
Annaei Flori, EPITOME RERUM ROMANARUM, lib.IV, cap.XII
EL PROBLEMA DE ARACELIUM
Aracillum,Aracelium o Racilium,que en las tres formas se nos presenta,fue,según las fuentes,el último bastión de la resistencia indígena cántabra en la campaña de Augusto,año 26 a.C.,cuando establece su campamento base en Segisama y divide el ejército en tres columnas.Los trabajos sobre el terreno en la última década a cargo principalmente del profesor Peralta Labrador han venido a aclarar en parte las secuencias temporal y geográfica,pero sin lograr asentar definitivamente el destino de las tres columnas.Parece incuestionable la importancia del frente en que se sitúan el castro de Espina del Gallego y los campamentos romanos de monte Cildá y el Cantón,al que podía considerarse columna central ya que cae directamente sobre el portus Victoriae (Santander),pero las otras dos columnas quedan sin ubicar de forma satisfactoria.En definitiva,aunque todo hace pensar que Espina del Gallego es Aracelium,lamentablemente la toponimia no acompaña,¿o sí?...
Pero mejor hagamos un paréntesis y dejemos que sea el propio profesor quien nos ponga en antecedentes antes de seguir con nuestra exposición :
"Los únicos enclaves arqueológicos que se habían localizado de las guerras cántabras (29-16 a.C.) del período augústeo eran la ciudad astur de Lancia (cerro del Castro de Villasabariego, entre las localidades leonesas de Mansilla de las Mulas y Villamoros) (Jordá 1962; Mañanes 1983: 175-177), tomada por Tito Carisio con el ejército de la Lusitania en el año 25a.C. (Dión Historia Romana LIII, 25, 8; Floro Epitorime II, 33, 57; Orosio Historiarum adversus paganos IV, 21, 1O), y un campamento estable de la Legio X Gemina situado en Rosinos de Vidriales (Zamora) (Martín Valls, Mañanes y Delibes de Castro 1975;Santos Yanguas 1981a: 43-46, 51; Le Roux 1982:103-104, fíg. 4; Morillo 1991: 164-166). En los últimos años se ha podido documentar también el origen campamental de ciudades como Lugo, Astorga o Herrera de Pisuerga, y se ha descubierto en León una estructura de un campamento anterior al establecimiento conocido de la Legio VII Gemina, ellos a tropas acantonadas en las guerras cántabras o en el período inmediatamente posterior a las mismas (Morillo 1996: 77-79).Todas las demás localizaciones de los hechos de armas de esas guerras se basaban en interpretaciones bastante libres de los textos clásicos y en aventuradas conjeturas toponímicas sin ningún respaldo arqueológico convincente, como recientemente ha señalado Jose Luis Ramírez Sádaba (1999a; 1999b). Buen ejemplo de esto ha sido la tradicional identificación del oppidum de Aracelium, donde, según las fuentes,los cántabros ofrecieron una desesperada resistencia al ejército de la Tarraconense (floro II, 33, 50; OrosioVI, 21, 5), con la localidad de Aradillos (Enmedio,Cantabria). Tal identificación partió, como ya hemos señalado, de algunos historiadores del siglo XVIII (Flórez 1981: III; Masdeu 1789), y fue retomada en nuestro siglo por Adolf Schulten, que identificó este enclave de las guerras con unos dudosos restos existentes en el lugar denominado “Prado Fontecha”, a lnorte de Aradillos (Schulten 1942, 1962: 170-171). Aparentemente apoyaba esta identificación la mención en el “Itinerario de Barro” de Astorga de una mansio de Aracillum cinco millas al norte de Iuliobriga (ciudad que la tradición historiográfica cree poder identificar con el asentamiento de Retortillo, Reinosa) (Sobre el Itinerario: Roldán 1972-73; González Echegaray1979-80; Diego Santos 1985: 254-272).
En realidad, tal como ha mostrado Jose Luis Ramírez Sádaba, desde el punto de vista lingúistico Aradillos no puede proceder de Araceliuni, ya que es un diminutivo de un participio del verbo “arar”, relacionable con otros topónimos de Cantabria como Madoso Amos (Ramírez 1999b: 180), o con Aradius (SanPedro del Romeral) y el otro lugar de Aradillos existente en Penagos. Por otra parte, las sobre el terreno en el lugar de “Prado Fontecha”y todos los alrededores prospecciones realizadas por otros autores (Fraile1990: 219 ss., 593 ss.) y por nosotros mismos han permitido comprobar que los restos en los que se apoyaba la tradicional identificación de Aradillos con Aracelium corresponden en realidad a un recinto ganadero (el Midiajo de Arriba) situado en una indefendible y pronunciada ladera del monte de Las Matas.Se exploró igualmente toda la sierra en dirección norte,comprobándose la inexistencia en ella de campamentos romanos o de castros, salvo el castro que hemos descubierto nueve kilómetros al norte de Aradilíos en el monte de Los Agudos. La labor de prospección se dirigió también a otros posibles enclaves estratégicos del área del nacimiento del Besaya, verificándose la inexistencia en ellos de restos arqueológicos relacionables con las operaciones militares de Aracelium.Como sabemos por Dión Casio, en el DC Consulado de Augusto (año 25 a.C.) el emperador abandonó Cantabria a causa de su enfermedad y de los problemas que le acarreó aquella campaña, dejando al frente del ejército al legado de la Tarraconense,Cayo Antistio Vetus, que consiguió vencer a los cántabros cuando éstos presentaron por primera vez batalla campal en el llano, tomándoles a continuación algunas de sus ciudadelas, al tiempo que en el frente astur Carisio tomaba Lancia (Dión LIII, 25, 2-8). Tanto Floro como Orosio sitúan esta primera batalla campal contra los cántabros bajo las murallas de una ciudad denominada según los diferentes códices Bérgida, Velílca,Bélgica. Bélgida o Attica, relatando que la campaña continuó con el asedio de los cántabros fugitivos en el monte Vindius o Vinnius, y finalmente con la toma del oppidum de Aracelium (Floro) o Racilium(Orosio) (floro II, 33, 49-51; Orosio VI, 21, 5-6). El texto de floro indica que Aracelium tuvo que ser atacada con gran cantidad de tropas: ..teflio Aracelium oppidum magna vi repugnat (floro II, 33,50). Orosio especifica que después de la toma de Racilium,que resistió tenazmente durante mucho tiempo,Antistio inició la conquista de la abrupta y boscosa vertiente costera de Cantabria: Racilium deinde oppidum magna vi ac diu repugnans postremo captum ac dirutum est, praeterea ulteriores Gallaecia panes, quae monribus silvisque consitae Oceano terminantur,Antistius er Firmius legan magnis gravibusque he/lis perdomuerunt (Orosio VI, 21, 5-6). Estas “partes ulteriores de Gallaecia... que limitan con el Océano” corresponden a la Cantabria septentrional, pues el propio Orosio aclara que se está refiriendo a la provincia de Gallaecia de su tiempo (el siglo v), que incluía el territorio de los cántabros y de los astures: Cantabri et Astures Gallaecia provincia portio sunt (Orosio VI, 21, 1).
La conquista de estos territorios septentrionales sería completada años después por Cayo Fumio, el cual, como indica DiónCasio, fue el legado de la Tarraconense en el 22 a.C. y venció a los cántabros en un gran asedio en el que éstos se suicidaron en masa (Dión LIV, 5, 1), episodio que las otras fuentes mencionan en esas “panes ulteriores” después de la campaña de Aracelium y que localizan en el Mons Medullius (floro II, 33; OrosioVI, 21, 7).De estos textos se deduce que alrededor del oppidum de Aracelium se desarrollaron las últimas operaciones militares antes de que los romanos consiguiesen penetrar en esas partes “que llenas de montañas y pobladas de bosques limitan con el Océano”,cuya conquista inició Antistio, según indica el texto de Orosio. Todos los tratadistas de las guerras cántabras,como ya hemos señalado, han estado de acuerdo en que los refuerzos traídos por mar desde Aquitania por una flota de guerra en apoyo del extenuado ejército de Antistio, que atacaron la retaguardia de los cántabros(Floro II, 39, 40; Orosio VI, 21, 4), desembarcaron para apoyar la toma de Aracelium.Descartada así la tesis tradicional de la historiografía,según la cual las fuerzas desembarcadas habrían avanzado por la peligrosa y accidentada cuenca del Besaya, llena de desfiladeros y controlada por elsistema de fortalezas castreilas que hemos descubierto en las cumbres que dominan los pasos por estos desfiladeros,por los collados o por los cordales de las sierras en dirección a Aradillos (donde no hay nada), el presunto origen militar que se atribuía a la vía romana del Besaya (Iglesias y Muñiz 1992: 98-99) carece de fundamento.
En territorio enemigo, como se sabe por diversas fuentes, el ejército romano tenía por norma no internarse en desfiladeros o pasos estrechos como los que habría tenido que atravesar por la cuenca del Besaya, evitando los fondos de los valles si antes no controlaba las alturas (Le Bohec 1990: 137).Contrariamente, el gran complejo militar romano descubierto en tomo al castro de la Espina del Gallego ha venido a demostrar que aquí tuvo lugar una operación militar de envergadura relacionada con el avance del ejército romano desde el sur por la Sierra del Escudo, y que este ejército se vio obligado a atrincherarse en el castra maiora de Cildá, en el castra minora de El Cantón y en las demás fortificaciones descubiertas, a causa de la resistencia indígena en el castro de la Espina del Gallego, emplazamiento estratégicamente situado en un afilado cordal de la sierra que cerraba el paso hacia la costa.Otro hecho a tener en cuenta es que todos estos yacimientos se encuentran frente a la bahía de Santander, el mejor puerto de la región, que tras la conquista romana recibió el nombre de Portus Victoriae(Fernández Ochoa y Morillo 1994: 107-112; CasadoSoto y González Echegaray 1995), y que desde el mismo, caso de ser a este punto de la costa donde arribó la flota de Aquitania, los refuerzos habrían podido avanzar fácilmente en dirección a la Espina del Gallego (que se ve desde la bahía de Santander) avanzando cómodamente por el ancho valle del Pas, en el que no existen pasos comprometidos como los de la cuenca del Besaya.Pudiera objetarse que todo el complejo campamental descubierto en esta sierra de Toranzo y de Iguña correspondiese a cualquiera de los otros episodios bélicos citados por las fuentes. Sin embargo, la batalla de Bérgida tuvo lugar al comienzo de la campaña,que se inició con un avance hacia el norte probablemente por el valle del Pisuerga, como unanimemente han sostenido los tratadistas, y el Vindius no puede encontrarse lejos del anterior enclave porque allí se refugiaron los supervivientes de aquella primera batalla campal. En cuanto al Mons Medullius, corresponde ya a la campaña del 22 a.C, y no existe alrededor de la Espina del Gallego el gran foso de 15 millas con el que los romanos rodearon aquel monte(Floro II, 33, 50; Orosio VI, 21, 7-8). Está claro además que fue aquí, en la Sierra del Escudo y su prolongación hacia el norte, por donde el ejército romano forzó el paso de la Cordillera Cantábrica para llegar a la costa.
No puede descartarse de todas formas que los estratégicos campamentos que hemos descubierto,situados en una línea de cumbres desde la que se domina gran parte de la región, y que custodian el camino que por la sierra permitía mantener abiertas las comunicaciones con el sur para recibir refuerzos y aprovisionamientos,volviesen a ser utilizados en las sublevaciones cántabras que se sucedieron desde el 24a.C. hasta el 16 a.C. (Dión LIII, 2, 9, LIV, 5, 1, LIV,11, 1 y LIV, 220, 2).
Aunque somos plenamente conscientes de los riesgos que entraña cualquier intento de identificación de un yacimiento arqueológico con los lugares mencionados por las fuentes clásicas, nuestra hipótesis de que nos encontremos ante el verdadero enclave donde tuvo lugar el episodio bélico de Aracelium, tiene la virtud de contar con unas evidencias arqueológicas de envergadura datadas en época de Augusto, así como con argumentos mucho más sólidos que otras localizaciones propuestas por teóricos que nunca han realizado prospecciones sobre el terreno ni presentado ninguna prueba arqueológica que apoye sus tesis. La revisión histórica de las guerras cántabras o cualquier intento de reconstrucción de las mismas habrá de basarse a partir de ahora en la localización sobre el terreno de los verdaderos enclaves arqueológicos de esa contienda, antes que en eruditas deducciones filológico-toponímicas o abusivas e injustificadas interpretaciones de las fuentes que poco han contribuido al esclarecimiento de dichas guerras.La importancia excepcional del asedio de la Espina del Gallego, el único localizado en el mundo del período augústeo y el primero también correspondiente a una campaña de montaña, es patente. Los únicos asedios de época romana que se conocían hasta ahora eran los de Numancia en Soria (Schulten1927, 1929; Blázquez y Corzo 1986), Ategua en Córdoba (Blanco Freijeiro 1983; Blázquez y Cono 1986), Alesia en Borgoña (Le Galí 1980; Reddé a alii 1995), Gergovia en Auvernia (Guichard 1998), Burnswarken Escocia (Schulten 1914; Lenoir 1977: 714) y Masada en Israel (Richmond 1962; Yadin 1979). Estamos ante el primer acontecimiento bélico de lascampañas augústeas contra los cántabros documentado arqueológicamente. De confirmarse además nuestra hipótesis de que estos monumentales restos de un destacado hecho de armas de esas guerras cántabras correspondan a Aracelium, nos encontraríamos ante la localización de uno de los episodios clave citados por las fuentes clásicas que tratan sobre dicha contienda."
Complutum, lO, 1999: 195—212 EL ASEDIO ROMANO DEL CASTRO DE LA ESPINA DEL GALLEGO (CANTABRIA) Y EL PROBLEMA DE ARACELIUM Eduardo Peralta Labrador,pags.207 a 210.
Copia disponible en:
http://revistas.ucm.es/ghi/11316993/articulos/CMPL9999110195A.PDF
Como decíamos la toponimia no acompaña a la arqueología en el caso que nos ocupa,el nombre de Aracelium parece no haber dejado rastro de su existencia en la comarca,y la etimología de Aracelium es discutida,pero no tanto la evolución fonética que se le supone :
"Aracelium se lee en la edición Belles Lettres de Floro, Aracillum en los códices de la familia "e" y Racilium en casi todos los códices de Orosio y en la edición de Zangemeister.Las formas son muy parecidas pero su tratamiento romance hubiera sido sensiblemente diferente . Únicamente la terminación -illum deviene-illo en romance. Por tanto, sólo Aracillum podría ser la hipotética antecesora de Aradillos . El grupo /li/ evoluciona a /j/ en romance castellano.Formas como Aracelium o Racilium se hubieran convertido en'`Arcejo o *Racejo. Generalmente se admite que la forma orosiana puede estar un poco corrupta, pero si se acepta como buena Aracelium,deberíamos buscar en la actualidad *Arcejo."
LA TOPONIMIA DE LA GUERRA. UTILIZACIÓN Y UTILIDAD,pag.179 José Luis Ramírez Sádaba
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/07037241090792839649079/016600.pdf
Pues bien,siguiendo las directrices de Ramírez Sábada y los postulados teóricos de algunos autores,será lícito considerar territorio cántabro la Asturia Transmontana,del Sella al Eo,o como mínimo al Navia,teniendo como posible la ubicación de Aracelium entrambos ríos.La existencia de un topónimo Arcello* en Belmonte en un entorno de alta apariencia bélica,así lo aconseja.Aunque sólo sea por el mero hecho de satisfacer nuestra curiosidad,vamos a exponer pros y contras de esta posibilidad.Para empezar cabe mencionar que Arcello va asociado a otro topónimo:Vigaña*.Vigaña de Arcello y sierra de Arcello.Curiosamente hay un castro al lado del pueblo,y Vigaña significa aldea de jubilados,legionarios casi con seguridad,como lo atestiguarían los topónimos Campoleo* y Leiguarda*.El propio Belmonte* se traduce casi con seguridad como monte de la guerra,de la batalla*.Otros topónimos comoTaraniechu*,referido a Taranos,deidad astúr,Vallina Sacra*...,tan próximos a Arcello como San Martín*,relacionado tradicionalmente con Marte*,el dios de la guerra romano.La existencia a escasos kilómetros de otra Vigaña,Vigaña Basel o de Salcedo,perteneciente ya al concejo de Grado,estar ubicado en el paso de dos vías romanas como son la Mesa* y la senda la Culebra*,que salva la cordillera por el puerto los Cerezales...Todo ello,junto,puede ser casualidad,pero tal vez no en balde D. Ramón Menéndez Pidal y Bellmunt y Canella quisieron ubicar en el cercanísimo Picu Cervera* la batalla o cerco del Mons Medullius*.
CONTINUARÁ...
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